Anne, se hizo famosa muy a su pesar, tener bigote símbolo por excelencia del macho no se podía concebir en una mujer. Alta delgada, con un mirar fijo que parece penetrarte y atraparte en la oscuridad de sus pupilas, con esa mirada extraña, mate y viciosa, como deben ser los seres que viven en lo oscuro, de andar resbaladizo, sorteadora de obstáculos y prejuicios, la que no subía a los tranvías y procuraba evitar los lugares concurridos. Un día como por arte de magia su vida cambió, el circo llego a su vida, su alma se liberó y decidió preparar su espectáculo, mostrando su inimitable belleza, su misterio, dejando paso a su verdadero yo, con una personalidad propia e irrepetible.